Retoño Del "Pino de San Lorenzo"
El 3 de febrero de 1813 Don José de San Martín libró la Combate de San Lorenzo, su primera batalla en tierras americanas, con la que dio inicio a su gesta emancipadora. El combate librado en territorio de la actual provincia de Santa Fe, en cercanías del sitio en que se ubicaba el convento franciscano de San Lorenzo puso a prueba al glorioso cuerpo de Granaderos a Caballo que el mismo San Martín había formado e instruido. La victoria sobre los realistas había sido fulminante. Finalizado el combate, Don José de San Martín redactó el parte de batalla bajo la sombra de un frondoso pino que se hallaba en las inmediaciones del convento, según nos cuenta el historiador Bartolomé Mitre, "bañado en su propia sangre y cubierto con el polvo y el sudor de la victoria". De ese modo el pino, que había sido plantado por los sacerdotes franciscanos en el año 1796, pasaba a la historia grande de la guerra por la independencia americana. El 30 de enero del año 1946 el Poder Ejecutivo Nacional declaró al Pino de San Lorenzo "Árbol Histórico Nacional", por haber sido testigo del épico Combate de San Lorenzo y del inicio de la gesta sanmartiniana. Corría el año 1950 cuando el país entero conmemoraba el centenario del paso a la inmortalidad del General Don José de San Martín. El pueblo de Apóstoles no fue ajeno a esta conmemoración. Aquél 17 de agosto de 1950 la comunidad de Apóstoles había organizado en la Plaza San Martín un conmovedor acto. Se había traído desde la el sitio histórico de San Lorenzo un retoño del pino histórico testigo del Combate de San Lorenzo y en un solemne acto se procedió a plantar el retoño en la misma Plaza San Martín. Cuatro pilares encadenados entre sí y una placa de bronce jerarquizaron el valor testimonial de aquel retoño del Árbol Histórico. Pero esta historia del retoño del Pino de San Lorenzo plantado en Apóstoles, tiene su otro capítulo en la provincia de Santa Fe. Allí el pino histórico plantado en el año 1796 y que fuera testigo directo del Combate de San Lorenzo, por su edad avanzada fue debilitándose, hasta que finalmente en el año 2013, luego de 220 años de vida, se secó, pese a los esfuerzos que se hicieron para salvarlo. Entonces hoy más que nunca el retoño plantado en la Plaza San Martín se magnifica en su valor testimonial e histórico.
Este árbol, también llamado Ibá Poy en guaraní, tiene 300 años y fue testigo de los juegos infantiles del Libertador San Martín. Actualmente se encuentra una réplica del mismo en la plaza central del pueblo.